Nació en Hatonuevo (Guajira) el 20 de febrero de 1928. Desde muy pequeño fue llevado a Tocaimo y posteriormente se radica en San Diego (Cesar). Es la más grande manifestación natural del canto vallenato, ciego de nacimiento, poseedor de una extensa obra que sobrepasa los 100 títulos que han sido difundidos por las más consagradas agrupaciones nacionales e internacionales. SANTANDERDURAN ESCALONA lo define: “Es la leyenda viva de la música vallenata, la naturaleza le negó la vista pero le entregó los ojos del alma”. Hace 22 años, “Juancho” Gossain, en una de sus crónicas del Festival Vallenato, escribió sobre Leandro: “Se llama Leandro Díaz, y es el más sensible de todos los músicos de esta tierra pródiga en poetas y cantores que remontan a las sierras y los ríos y andan y desandan los valles como si fueran los últimos juglares que quedan sobre la tierra”.
Nadie ha cantado mejor a la naturaleza que Leandro Díaz y lo que nadie se imagina, ni siquiera viéndolo a determinada distancia, es que este hombre, alma de la música vallenata, no tiene ojos, nunca los ha tenido. O quizás ocurre algo distinto: “Yo creo que Dios no me puso ojos en la cara porque se demoró poniéndome ojos en el alma”. Su primera canción fue grabada hace 40 años, cuando Luis Enrique Martínez llevó al acetato el tema “A mí no me consuela nadié’, pero como no conocía el titulo original lo titulo’”Esperanza perdida”. Otros titulos de su obra: Soy, La Gordita, Matilde Liná, Los tocaimeros, El verano, El negativo, Quiéreme, La Diosa Coronadá, Carmencita, La parrandita, Cardón Guajiro, Mi memoriá, Fui de tu almá, La contra, Olvídamé, Preciosa mujer.
Tomado de Revista Festival de la Leyenda Vallenata
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