martes, 10 de enero de 2012

Los dichos de Poncho Zuleta: Por supuesto

Por Juan Rincón Vanegas
juanrinconv@hotmail.com

Por estos días la noticia vallenata es el homenaje que se le rindió en Patillal al gran ‘Poncho’ Zuleta, el hombre, el amigo, el cantor, el compositor y el verseador, que ha esparramado su talento a favor de la auténtica música vallenata.

Precisamente en Patillal, tierra donde la inspiración tiene su nido, y donde todo es posible hasta que Dios entregue el tono exacto para que los compositores le canten a su pueblo, ese mismo pueblo que es como una melodía que al oírla nos provoca cantar.

‘Poncho’ Zuleta se ha extasiado cantando obras de los compositores de esa tierra bendita y en su cuenta personal lleva 45, que tiene gran significado incluso de llevarlo a decir: “En Patillal tengo el corazón sembrado”.

La vida de ‘Poncho’ Zuleta ha trascurrido entre cantos, mamaderas de gallo y comidas de monte. Eso hace parte de su idiosincrasia que lo hace ser el hombre que llena todos los requisitos para enmarcarse dentro de las celebridades del vallenato de ayer y de hoy.

Es el rey de los dichos en el vallenato y lo hace con una gracia inigualable que no más los dice se riega como verdolaga en playa. Dos ejemplos, de lo anterior es “Y nos acabamos, cuando a mi me corten la lengua, y a mi hermano le corten los dedos” y “Yo conozco al flojo, aunque lo vea sudao”.

‘Poncho’ dice los dichos con una naturalidad que hace posible se sientan con sabor a tinto recién bajao del fogón de leña, a suero con yuca y pescao frito. Y lo mejor es que corren con la fuerza de un rio crecido y con la emoción de un beso en el centro de la boca.

Cuando a ‘Poncho’ se le indaga sobre los dichos, sonríe y dice que “esa es la identidad de nosotros los costeños, que le ponemos la pimienta y el sabor a los hechos cotidianos. Desde siempre los dichos se han impuesto y son miles y miles que no alcanzaría a referir. Los dichos hacen parejas con los cuentos provincianos que son inigualables”.

En esto de los cuentos ‘Poncho’ Zuleta, también tiene sus historias. Una de ellas la relató el cajero Pablo López, cuando estuvieron en Estocolmo con motivo de la entrega del Premio Nobel de Literatura a Gabriel García Márquez.

"Poncho quería una foto con el rey de Suecia y vimos un tipo todo decorado. Poncho dijo: 'Ese es el hombre' y yo le dije: 'Compadre, dudo que sea el rey', pero insistió y se la tomé. Al saber que el tipo era el botones del hotel, ‘Poncho’ advirtió: 'Cuidadito, muestra esa foto', pero su hermano Emilianito dijo: 'A mí, deme 60 de esas”.

Tocando el tema de los cuentos provincianos ‘Poncho’ Zuleta, la mayoría de veces, refiere los de Jorge Oñate y de otros artistas.

Precisamente se acordó uno de Jorge Oñate. “Una vez, el Jilguero de América, viajó a Estados Unidos, y al llegar al aeropuerto de Washington y ver la bandera de ese país, dijo “Aquí el Junior gana más de la cuenta, mira el montón de estrellas que tiene".

Y por supuesto que para los dichos y cuentos ‘Poncho’ Zuleta, es un manantial y nunca se cansa de hacerlo y menos si la parranda se prolonga por diversos motivos, especialmente teniendo ron, comida y una bella compañía.

A continuación una serie de dichos que el artista natural de Villanueva, ha dejado plasmados en sus producciones musicales. ‘Poncho’ Zuleta tiene la palabra: “Por supuesto”.

- Mi amor si la belleza matara, tú no tendrías perdón de Dios.
- La verdad es que yo no sabía lo que era querer tanto a una mujer.
- Ay Ombe, tengo el corazón suavecito…
- Y esos ojos tan lindos, que me tienen encandilao.
- El vallenato es como la yuca nunca aburre.
- Más peligroso que una aguja en un pastel.
- Tu veras sino regresas, yo he hecho todo lo posible.
- Cógeme el trompo en la uña.
- Ay que tener conformidad, porque la vida comienza es mañana.
- No aguanté, tuve que volver con ella.
- Pica, pica, papujo pica.
- Cada pato con su mazorca.
- No, yo también echo mis mentiritas, pero no así.
- Mi única esperanza eres tú, pero mejor no digo tu nombre.
- Cariño, mátame con el juego de tu mirada.
- Yo soy como el hambre, que va y vuelve.
- Oye morenita, llegaste como mandada de Dios.
- Ay muñeca me tienes trasnochao.
- Bueno, mi gente que no se note la pobreza.
- Te saben los labios a miel de abeja.
- Compadre Emiliano póngale ‘coimbre’ a ese acordeón.
- Pero mis hijos si me respetan, tengo una vara de totumo suazá.
- Cuando es que nos pegamos otra cogía.
- Eso es por no dejar, entre más lejos te vayas mas te quiero mi vida.
- Ajo, borracho flaco que ha dado lidia.
- Hoy estoy más fácil que un purgao.
- Que cada centella sea un trago de ron.
- Ajo, Emilianito estoy como un pavo real.
- El pecado se comete, cuando las faltas no se reconocen.
- Mamá es la que cría, pero papa es el que lleva.
- Apenas se acaba la botella se hacen los borrachos.
- Están gorriando y picándoles el ojo a las mujeres ajenas.
- Hoy me meo la barba como el chivato arrecho.
- No te cambio, ni por suero salao.
- Esto es pura mazorca y bollo limpio.
- Jala más que una manila.
- Y el hilo dental me vuelve loco.
- Linda ella hasta el cabello, y si se peina se ve mejor.
- Tranquilo compadre, no hay mal que dure cien años.

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